En un mundo en constante cambio y con la aparición de eventos impredecibles de gran impacto, como los cisnes negros, es crucial para los despachos de abogados adoptar una “mentalidad antifrágil” como una respuesta a la volatilidad, la incertidumbre y el desorden.
¿Qué es un cisne negro?
Un cisne negro representa un suceso inesperado y de graves consecuencias. Por ejemplo, una pandemia, la guerra en Ucrania o, como ha sucedido en España, unas elecciones generales anticipadas. Aunque muchos aseguran haberlo previsto a posteriori, la realidad es que estos eventos son impredecibles. Por lo tanto, la antifragilidad surge como un remedio frente a los cisnes negros y cualquier cambio en el sistema.
¿Qué implica para una firma una mentalidad antifragil?
Una mentalidad antifrágil implica no solo resistir los golpes (resiliencia) o mantenerse sólido (robustez), sino convertirse en una entidad que fortalece y mejora frente a las adversidades. Es similar al proceso que experimenta el cuerpo humano al hacer ejercicio: se “sobrecompensa” y se vuelve más resistente.
En el ámbito del sector legal, implica abandonar la zona de confort, experimentar constantemente, invertir y ajustar en base al feedback recibido. Por ejemplo, puedes fomentar la antifragilidad en tu despacho con encuestas de satisfacción a tus clientes y empleados, invirtiendo en formación para los profesionales en tu firma o invirtiendo en la digitalización del despacho.
Para ser antifrágiles, los despachos de abogados deben priorizar una mentalidad de crecimiento. El proceso de crecimiento expone a la volatilidad y al desorden, generando aprendizaje a través del ensayo y error. Es fundamental adaptarse a los cambios y rechazar estructuras rígidas en favor de la flexibilidad y la movilidad.
Tendencias que están ayudando a los despachos a superar los cisnes negros: afianciamiento de las ALSP y la IA generativa
El éxito que están alcanzando los ALSP en el sector legal no es una coincidencia, ya que se están estableciendo de manera sólida en España al ejercer la abogacía de manera innovadora. Existe una gran demanda y entusiasmo por los ALSP, ya que su propuesta de valor es bien recibida en el mercado al adaptarse a las necesidades individuales de cada cliente. Los proveedores de servicios legales alternativos (ALSP) se están convirtiendo en un recurso fundamental para las firmas, ya que mediante esta figura pueden cubrir de una forma más eficaz lo que demanda el mercado y ajustarse a los imprevistos. Ejemplo de ello, es la irrupción de la ALSP de KPMG Abogados que este año se encuentra en la banda 2 de Chambers and Partners de España. En esta línea también destacan, por ejemplo, los ALSP de despachos nacionales como Cuatrecasas o Gómez-Acebo & Pombo o los de firmas americanas y del Magic Circle como Cleary Gottlieb Steen & Hamilton o Linklaters. De igual modo, destaca la confianza que han depositado las empresas del Ibex en sus servicios jurídicos. Estos pueden abarcar desde la externalización de todas las responsabilidades asociadas con el funcionamiento diario de un departamento legal corporativo, hasta ofrecer a los clientes el talento y la experiencia de un equipo de abogados para proyectos de duración limitada (más información en Cinco días: Los abogados estrella de los ALSP no recelan de las filiales alternativas de los despachos).
En la economía actual, las firmas exitosas no se aferran a activos físicos, sino que aprovechan los activos digitales y adoptan modelos de trabajo virtual. Por ejemplo, la IA y la automatización se ha convertido en uno de los objetivos principales de las firmas. Ejemplo de ello, son las iniciativas internas de despachos como Uría Menéndez, Pérez-Llorca, Cuatrecasas, KPMG o el conocido “Harvey” de Allen and Overy.
En resumen, la mentalidad antifrágil genera actitudes y aptitudes que pueden ayudar a nuestro despacho a convertirse en una organización fuerte y adaptativa a los cambios. Podemos aprender de las acciones que están llevando a cabo otras firmas para mejorar la nuestra y, sobre todo, mantener una mente abierta al crecimiento. Nunca sabes (o sí) cuando puede aparecer un “cisne negro”.