A lo largo de los últimos meses hemos visto como muchos despachos han reforzado canales de comunicación que ya formaban parte de su día a día, mientras que muchos otros han tenido que adaptarse a marchas forzadas a esta nueva normalidad provocada por la COVID-19. Sin duda, los canales online le han comido mucho terreno a la cultura presencial, pero ¿qué más cambios vamos a ver en la forma de comunicar de las firmas?
Un mayor trato virtual: si algo han dejado claro estos meses es que somos igual, o más eficaces, trabajando desde casa. Hemos experimentado un incremento obligado del uso de canales como las videoconferencias, las redes sociales o webinars, cuya presencia y uso sin duda se va a mantener de cara al futuro. Eso sí, estos canales no eclipsarán del todo al elemento presencial, que seguirá siendo una parte vital en el desempeño de la abogacía.
Más contenido online: a través de canales como las redes sociales; utilizados sobre todo para contenidos de carácter comercial o de marketing, las firmas han visto que pueden actuar como verdaderos medios de comunicación, creando contenido atractivo para sus clientes y que aportan un valor añadido a sus servicios.
Una mejor comunicación interna: un aspecto obligado para cualquier firma. Una buena comunicación interna fortalecerá la unidad entre los miembros de la organización y les mantendrá motivados y comprometidos. Esta implicación interna tendrá su efecto en la comunicación externa, ya que aportará una mayor credibilidad al despacho al trasladar un único mensaje a la sociedad.
Segmentación de la audiencia: no a todo el mundo le interesa lo que puedes ofrecer, por lo que hay que tener muy claro a qué público te diriges y adaptar el lenguaje y los contenidos para generar engagement.
Un plan de comunicación claro: todo despacho que quiera mejorar su posicionamiento necesita contar con una hoja de ruta clara que le ayude a alcanzar sus objetivos. Esto, que es algo que se pasa normalmente por alto en pequeños y medianos despachos, es algo que probablemente mejore, ya que las firmas se han concienciado de que tienen que contar con una estrategia clara que les permita planificarse, dirigirse al publico objetivo, anticipar oportunidades y cuantificar objetivos.
Escuchar más: ahora más que nunca, hay que estar pendientes en todo momento de las demandas de los clientes y de mejorar los canales de comunicación para poder ofrecer así respuestas más eficaces e inmediatas.
Mayor importancia de la RSC (Responsabilidad social corporativa): las iniciativas de RSC están a la orden del día en las empresas, y estas exigen cada vez más que las firmas sean también socialmente responsables. Por ello, los despachos seguirán apostando por crear estrategias de RSC que no sean papel mojado e igualmente por crear estrategias de comunicación ligadas a esa implicación social.
Mayor presencia en medios: durante la fase más dura de la crisis de la COVID-19, son muchos los abogados se han involucrado en la creación de contenido para los medios para tratar de dar respuesta a las dudas de la sociedad. Este incremento de la presencia en los medios y de colaboración con los periodista, sin duda se va a mantener de cara al futuro.