Para conmemorar el Día Nacional del Periodista, y su relevancia en nuestra sociedad, entrevistamos a Marcos Iriarte, jefe de la sección Economía de El Mundo, medio del que lleva trabajando desde principios de siglo y donde ha cubierto cuestiones políticas, económicas y judiciales. Marcos es licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra.
¿Crees que se ha visto amenazado el rigor periodístico con la digitalización de los medios y la constante inmediatez en la cobertura de los hechos?
El periodismo ha cambiado mucho en pocos años. La vida de los periódicos, antes de la irrupción de internet era bien distinta: uno cubría o conseguía una información, la escribía y al día siguiente se publicaba. Ese era más o menos el ciclo. Hoy, además de conseguir la historia, debes ser rápido a la hora de publicarla, hacerlo casi de forma inmediata, pero eso no significa que lo hagas de forma menos rigurosa. El periodista debe ser rápido, sí, pero sobre todo debe tener buena praxis. Es mejor salir diez minutos después que otro medio, pero con una pieza más completa, mejor enfocada y contrastada. Los errores salen caros. Internet no supone una amenaza para el rigor de los medios, al revés, nos obliga a ser mejores. A no relajarnos ni un minuto. Por eso es importante elegir bien dónde se informa uno. Hoy hay muchas páginas haciendo noticias, pero no tantas haciendo periodismo.
¿El periodista se debe a los lectores? ¿Quién ha de guiar la elección de los temas a cubrir?
El periodismo, indudablemente, se debe a sus lectores. Sin ellos nada de este viaje maravilloso a la par que sacrificado tendría sentido. Eso no quiere decir que la elección de los temas a cubrir las deba marcar exclusivamente lo que el periodista crea que va a interesar a sus lectores, que haya que dejar de tocar temas que les puedan molestar o que incluso puedan hacer que los pierda. Las noticias deben conocerse, nos gusten o no, y es nuestro deber sacarlas a la luz, revelar lo que no funciona bien. La esencia del buen periodismo es crítica, gobierne quien gobierne.
¿Es TikTok la plataforma de búsqueda informativa de las nuevas generaciones? ¿Qué crees que pasará con la prensa escrita?
Las redes sociales son una herramienta muy potente para llegar a un público que no se encuentra en otros lugares. Tik Tok es ahora mismo un continente gigantesco para alcanzar a un público joven que no acude regularmente a los kioskos ni sabemos si lo hará en el futuro. Los medios también estamos allí. El Mundo, por ejemplo, fue el primer periódico en abrir un perfil en Tik Tok en España y el resultado ha sido muy satisfactorio. ¿Es Tik Tok el futuro? Absolutamente no. Tik Tok, Twich, Twitter, cada vez menos Facebook… son presente y en unos años o meses surgirán otras redes sociales que les harán sombra. Y todos, público y medios, nos adaptaremos y nos pasaremos a las nuevas. Las redes son continentes, lo que importa es el contenido. Y una buena historia nunca pasará de moda. ¿Qué va a pasar con la prensa escrita? Los medios tradicionales ya han hecho buena parte del trabajo de adaptación, y en ello siguen. Hoy son eminentemente medios online, son medios digitales y algunos todavía tienen una versión de papel, que mantiene su público y que ojalá dure muchos años más.
Redes sociales y lobbys en los medios de comunicación: ¿crees que la libertad de expresión está en peligro?
La libertad de expresión es un tesoro que hay que custodiar y por el que vale la pena pelear. Uno debe ser sensible a lo que opinan sus lectores, por supuesto, pero es importante no confundir Twitter con el sentir mayoritario de la sociedad y no dejarse intimidar a la hora de plantear noticias o temas que puedan resultar incómodos para una corriente de opinión o para un lobby. El día que el periodismo pierda su esencia crítica, molesta, transgresora, entrará en coma. El BOE ya existe, no estamos para eso y nadie espera eso de nosotros.
Qué retos consideras que se enfrentará el periodismo, y los periodistas, en 2023?
Nos espera un año apasionante informativamente hablando. Inauguramos año electoral, con citas municipales, autonómicas y generales y eso siempre resulta muy movido y sacudirá todos los ámbitos, desde la política hasta la economía. Tenemos todavía que asumir el cambio de rumbo en los tipos de interés, su impacto en las hipotecas y los todavía demasiado altos niveles de inflación. Será un año muy rico en cuanto a información se refiere.