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ENTREVISTA JESÚS SANTOS – SOCIO DIRECTOR DEL DEPARTAMENTO DE PENAL BAKER & MACKENZIE

ENTREVISTA JESÚS SANTOS – SOCIO DIRECTOR DEL DEPARTAMENTO DE PENAL BAKER & MACKENZIE

alejandro@jincana.com

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Bio

 

Jesús Santos Alonso, fue fiscal de la Audiencia Nacional, a la que se incorporó en 1989 sustituyendo en el cargo a la fiscal Carmen Tagle, asesinada por la banda terrorista ETA. Dirigió desde entonces, con sus compañeros de la fiscalía, la política criminal antiterrorista española y participó en un gran número de investigaciones y juicios de terrorismo, tanto nacional como internacional, fue el fiscal del célebre “caso Lasa-Zabala”(terrorismo de estado) relacionado con el secuestro, torturas y asesinato de dos presuntos terroristas de ETA, por el que resultaron condenados diversos mandos políticos y de los cuerpos de seguridad del estado.

 

Ha sido distinguido como Caballero de la Legión de Honor de la República Francesa, por su destacado papel en la colaboración con Francia en la lucha contra ETA y ha formado parte de la Unidad de Naciones Unidas para la investigación de la delincuencia y el crimen organizado. El último cargo desempeñado fue como magistrado de enlace de España ante la República de Italia para la cooperación entre ambos países en la lucha contra la delincuencia organizada y terrorismo.

 

En el año 2012 dejó la Audiencia Nacional para incorporarse a Baker & Mckenzie como socio director del área de litigación criminal. 

 

1. Después de tantos años como fiscal, ¿qué fue lo que más te costó cuándo empezaste en Baker?

 

Adaptarme a un ritmo de trabajo con una rapidez vertiginosa, a la relación con los clientes, y al «cambio de chip» en mi nueva actividad profesional, pues pasaba de desarrollar un trabajo como fiscal en el que predominaba una estrategia procesal acusatoria, a realizar como abogado una estrategia procesal de defensa, y esto suponía una reordenación en mis reflexiones, en los criterios de interpretación de las normas legales y en las argumentaciones jurídicas en clave exculpatoria. 

 

2. Imagino que no estarías nada acostumbrado a la “parte comercial” de tu trabajo, y sin embargo tu departamento ha crecido un 250% desde que llegaste. ¿Cómo lo habéis hecho?

 

En efecto, la parte comercial significaba un nuevo reto en mi actividad; nunca me había tenido que enfrentar a esta nueva realidad, y para eso se me había contratado; había que desarrollar el departamento de penal, darlo a conocer y ponerlo en el primer nivel en el mercado de la abogacía. En el año 2012, el departamento de penal era muy pequeño, contaba con una abogada senior y un abogado junior. Ahora mi departamento ha crecido en un 250 por cien(se ha multiplicado por cinco;10 abogados, más un of Counsel, más cinco becarios). A nivel de facturación, hemos multiplicado por 10 los ingresos del año 2012. Para este crecimiento hemos sabido aprovechar  el fenómeno de la fuerza expansiva del derecho penal, a través de las diferentes reformas del CP de estos últimos años. Esto ha provocado una gran demanda de abogados penalistas, y los grandes despachos han tenido que reforzar esta área de práctica con nuevas incorporaciones. A esto también ha ayudado, la enorme proliferación de procedimientos judiciales relacionados con la corrupción, el blanqueo de capitales y la diferente gama de delitos económicos (delitos de empresa). Uno de mis primeros retos fue configurar el departamento con la integración de abogados en diferentes niveles, incorporando de forma progresiva y conforme a las necesidades que se iban presentando, a magníficos profesionales, con una estupenda preparación y capacidad técnica, que han sabido adaptarse e integrase a las exigencias del departamento. Este es uno de los activos del que estoy más orgulloso, contar con unos buenísimos profesionales, muy motivados y con una gran capacidad de sacrificio, cuando las ocasiones lo requieren, contribuyendo todos ellos a contar con un maravilloso ambiente de trabajo.

 

3. ¿Qué significa para ti ser un buen abogado? ¿Qué cualidades debería tener?

 

Las cualidades de un buen abogado, y en concreto en lo que se refiera a la práctica de litigación criminal, deberían ser:

 

-Una adecuada formación jurídica, que le permita construir con imaginación buenos y contundentes argumentos jurídicos, redactados y expuestos de forma ordenada y sistematizada.

-Contar con facultades de negociación: en este ámbito hay que contar con buenas habilidades negociadoras. En muchas ocasiones, la mejor defensa para nuestros clientes, es cerrar un buen acuerdo con el fiscal y con el resto de las acusaciones.

-Contar con una buena oratoria forense. Qué importante es el estudio de la jurisprudencia y estar releyendo a los clásicos. La persuasión y la convicción, son cualidades imprescindibles que todo abogado debe desarrollar.

-El respeto a los compañeros de profesión, al fiscal y al juez. La educación y el respeto en las actuaciones ante los tribunales, tiene que estar siempre presente y armonizarse con una defensa apasionada y técnica de los intereses de nuestros clientes.

-El saber tratar a nuestros clientes: para ello hay que comprender muy bien su situación, estudiar el mejor planteamiento de defensa, y acompañarle durante todas las fases del proceso. Informarle puntual y permanente de cualquier novedad procesal, anticiparse a las posibles peticiones que puedan realizar.La confidencialidad de la relación permite un trato directo, personal, en circunstancias difíciles para el cliente, donde el abogado debe transmitir confianza, seguridad y esperanza.

-Capacidad para adaptarse a las situaciones cambiantes de la profesión de abogado; ser un buen conocedor de las nuevas tecnologías y de los idiomas.

-Y por último, como en todas las profesiones, ser una buena persona, donde la veracidad y autenticidad sea un principio rector de su actuación, y donde la autocrítica tiene que estar presente en todas sus defensas jurídicas.

                                                                                                   

                                                                                                   

4. Para muchos abogados el marketing y la comunicación no son una de sus prioridades. ¿Qué piensas? ¿son importantes para ti? ¿por qué?

 

En una sociedad globalizada como es en la actualidad nuestra sociedad, el marketing y la comunicación son unos instrumentos fundamentales en todas las áreas profesionales y muy especialmente en el ejercicio de la abogacía. Cada vez hay más competencia en el mundo de la abogacía, los clientes son cada vez más exigentes y requieren un trabajo con un alto grado de excelencia; la imagen de cada firma de abogados tiene que cuidarse, pues todos vivimos de nuestro prestigio profesional, de nuestra credibilidad y de nuestra eficacia y eficiencia, y como no, de nuestros resultados.Todo esto, requiere una adecuada estrategia de comunicación y de marketing. La presencia en directorios tiene también un gran valor, y para poder figurar en ellos con el posicionamiento adecuado, esto requiere de un gran esfuerzo y trabajo de los departamentos de marketing, para poder destacar las singularidades y valores  significativos de cada área de práctica.

 

5. En tu opinión, ¿qué es lo que más valoran tus clientes de vuestro trabajo?

 

La cercanía, dedicación, y seguridad, unido todo ello a un trabajo técnico en el que buscamos la mayor excelencia y eficacia.Un componente esencial, es saber escuchar a cada cliente y comprender adecuadamente su situación, para poder abordar desde el principio la mejor estrategia posible. En mi área de práctica, que es la litigación criminal, la estrategia procesal es fundamental. Cómo reunir nuestros argumentos de defensa, cómo sistematizarlos, y cómo buscar el momento oportuno para presentarlos.

En los procedimientos penales, donde está en juego la libertad, el honor y el patrimonio personal, las situaciones pueden ser dramáticas, y el abogado juega un papel fundamental, para combinar, realismo sincero de la situación en la que nos encontramos, junto con la esperanza de soluciones favorables. El abogado es un instrumento de esperanza para cada cliente.

 

6. ¿Crees que un abogado sin skills comerciales puede llegar a tenerlas? ¿cómo?

 

Todo se aprende en esta vida; es verdad que las características personales de cada uno pueden ayudar muy mucho en esta profesión, donde la empatía y la química con los clientes ocupa un valor fundamental y muy especialmente en las defensas penales, dada la relación personal y directa con los clientes. Para ello hay que conocer muy bien a nuestros clientes, hay que preparar muy bien nuestra primera reunión, que va a ser la primera impresión que el cliente se va a llevar de ti.

 

Y en esta hoguera de vanidades que por desgracia está muy presente en el mundo de la abogacía, la sencillez y la humildad también pueden ser un atractivo en las relaciones profesionales.

7. ¿Qué consejo le darías a un abogado que está arrancando su bufete?

 

Que mantenga la ilusión y la pasión por la aventura que cada día supone esta profesión:un nuevo cliente, un nuevo tema, un nuevo juicio, etc, son los retos que la vida te ofrece; por formarse cada día, por aprender, por estudiar. El derecho se transforma constantemente, 

y  esto supone una continua exigencia para seguir estos cambios, para mantenerse al día.

 

Fomentar ideales por construir una sociedad más justa, donde cada abogado debemos luchar cada día en nuestro ámbito para aportar nuestro grano de arena para transformar nuestra sociedad, manteniendo la fe en el derecho, como el mejor instrumento para la convivencia humana, en la justicia, como destino normal del derecho, y en la paz, como sustitutivo bondadoso de la justicia. Y, sobre todo, en la defensa de la libertad, sin la cual no hay derecho, ni justicia ni paz.

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