En esta entrevista, Rafael San Román aborda preguntas clave para nuestra salud mental y el bienestar en nuestro trabajo. Preguntas como ¿la dieta saludable y el ejercicio constante son ingredientes indispensables para mantener una buena salud mental en el trabajo? o ¿Qué errores típicos solemos cometer cuando queremos abordar emocionalmente problemas en el trabajo?
1.Para profesionales con una considerable carga de trabajo y estrés, como es el caso de los abogados, ¿qué tres “mantras” indispensables crees que les ayudarán a conciliar mejor el día a día laboral?
En primer lugar, ser realistas. Conciliar significa armonizar, combinar áreas de la vida sin un desgaste excesivo, asumiendo que nuestros recursos (tiempo, energía, concentración, creatividad…) no son infinitos: los que pongamos en una faceta los tenemos que quitar de otra. Esto implica renunciar a algo para ganar algo. La expresión “llegar a todo” puede resultar muy engañosa.
En segundo lugar, tener claras las prioridades, es decir, los valores: qué es importante para mí en este momento y, sobre todo, por qué eso es importante. Si lo que es menos importante está consumiendo demasiados recursos y eso me genera malestar, entonces, probablemente, hay que revisar cómo estoy conciliando el trabajo con lo que no es el trabajo.
En tercer lugar, pedir ayuda, apoyarse en otros, conectar con el talento y las capacidades de los demás. Por supuesto, no se trata de vampirizarles ni de renunciar a nuestras responsabilidades, sino de contar de manera saludable con la colaboración de nuestra red social formal e informal para salir adelante.
2.¿El clima de la oficina es realmente importante para la salud mental del trabajador? ¿Qué podría implementar un despacho de abogados para cuidar el clima en la oficina?
El clima laboral es un aspecto crucial para nuestro bienestar psicológico. Lo determinan muchos factores, entre ellos la organización del trabajo dentro del equipo, el estilo de liderazgo de los managers, la cultura corporativa y, por supuesto, la calidad de las relaciones entre los compañeros. Estas pueden inclinar la balanza de nuestra satisfacción laboral y nuestra salud de manera drástica para bien o para mal, al margen de otras condiciones de nuestro puesto. No existen baritas mágicas para generar un buen clima en la oficina, ni este se puede fingir. No obstante, es importante cuidar la calidad de la comunicación, ser personas disponibles (como jefes y como compañeros), promover la cooperación por encima de la competición, efectuar un buen reconocimiento de los logros, tener una buena contención de nuestros estados de ánimo más negativos, ser honestos y coherentes cuando las cosas van bien y cuando van mal, confiar en las capacidad y responsabilidad de los miembros del despacho…
3.¿Qué errores típicos solemos cometer cuando queremos abordar emocionalmente problemas en el trabajo?
Cuando intentamos afrontar lo que nos ocurre en el trabajo no se trata tanto de cometer errores o aciertos, dado que cada cual hace lo que puede y lo que sabe hacer para encontrarse mejor. Desde ese punto de vista, no juzgamos.
Otra cosa es que nuestras estrategias sean más funcionales (beneficiosas para nuestra salud, adaptación, relaciones) o bien tengan un coste elevado y acaben generando nuevos problemas, a veces graves.
Al margen de esto, muchas personas sobreestiman sus capacidades y minimizan su desgaste físico/psicológico o las consecuencias de su estilo de trabajar y de vivir en general.
Tendemos a pensar que podemos con todo, que aún no hemos llegado a nuestro límite, que de momento vamos tirando, que una vez que alcancemos ciertos objetivos entonces sí será el momento de cuidarnos mejor… Es evidente que estos planteamientos pueden ser relativamente útiles a corto plazo, pero también hay que plantearse cuál es el coste que pagamos por no poner en marcha otro tipo de estrategias.
4.¿La dieta saludable y el ejercicio constante son ingredientes indispensables para mantener una buena salud mental en el trabajo? ¿O se tratan de un mito?
Una dieta saludable y una actividad física regular y adecuada a nuestras capacidades y circunstancias siempre van a ser factores que nos ayuden a funcionar mejor en diferentes sentidos, también cuando trabajamos. No obstante, obsesionarse rígidamente con la alimentación saludable no es saludable, y tampoco es necesario correr varios kilómetros cada día seguidos de varias series de abdominales para estar en forma. Por el contrario, se trata de cuidar de nuestro cuerpo de manera responsable y suficiente, ocuparnos de la calidad de nuestro sueño, reducir al máximo ciertos hábitos o consumos que sabemos que perjudican nuestra salud, cuidar nuestra imagen exterior, descansar adecuadamente, realizar actividades placenteras tanto de interior como de exterior, solos o con otras personas, dedicar tiempo a nuestros intereses y diversiones… Estos y otros factores, que ponen a dialogar lo físico con lo psicológico, contribuyen a cuidar nuestra salud psicológica en el trabajo.
5.En líneas generales, ¿cómo crees que ha afectado la normalización del teletrabajo en la salud mental de los trabajadores?
De manera muy diversa. No existen formatos de trabajo que sean universalmente perfectos, es decir, que sean perfectos todo el rato para cualquier trabajador. El teletrabajo tiene enormes ventajas y ha beneficiado a muchos empleados (han ganado tiempo, se ahorran el desgaste de los desplazamientos al trabajo o de la convivencia con compañeros con los que no están a gusto, trabajan de manera más eficiente…).
Otros, en cambio, han puesto más el énfasis en la falta de separación entre trabajo y ocio, la desorganización de los horarios, el aburrimiento, el aislamiento social… Cada persona debe ser consciente de cómo le afecta el teletrabajo y qué puede hacer dentro de su margen de acción para amortiguar las posibles desventajas para su bienestar psicológico.